Es de gran importancia conocer qué capacidades y habilidades se deben trabajar en cada edad porque son más propensas a desarrollarse en ese momento. En este apartado se abordan las diferentes edades, desde los 2 hasta los 21 años, en el modelo que se presenta en la Figura 1 en el que se expone qué contenido físico se debe trabajar en función del crecimiento del alumno. Hay diferentes cualidades en el modelo (Lloyd & Oliver, 2012), pero se tratan las que tienen una influencia directa en los componentes de la CF.
En la Figura 1 se muestra el modelo de desarrollo físico juvenil (YPD) para hombres. El tamaño de la fuente se refiere con la importancia que tiene dentro de la edad a la que corresponde; los cuadros azules claros se refieren a períodos de adaptación preadolescentes, en cambio los cuadrados azules oscuros tienen relación con los períodos de adaptación de la adolescencia. FMS hace referencia a las habilidades de movimiento fundamentales; MC es el acondicionamiento metabólico; PHV define a la velocidad de altura máxima; y por último SSS son las habilidades específicas del deporte (Lloyd & Oliver, 2012).
Figura 1: Modelo YPD para hombres
Fuente: Lloyd y Oliver (2012)
Una vez observada la figura anterior, se desarrollan los periodos sensibles en el desarrollo del hombre, siendo los periodos sensibles, los momentos en el tiempo que tienen un fin, durante los cuales un niño o adolescente tiene una mayor predisposición al aprendizaje de una habilidad particular (Viru et al.,1999).
En la descripción de las figuras se puede ver que las habilidades de movimiento fundamentales (FMS) son muy importantes de trabajar, desde los 2 hasta los 8 años, porque debe haber una intención de adquirir los diferentes patrones de movimiento básicos. A partir de los 9 años en adelante predominan las habilidades específicas del deporte (SSS) (Lloyd & Oliver, 2012). Es cierto, que no se pueden obviar las FMS, que son fundamentales en la adolescencia, porque se produce la velocidad de altura máxima, con lo que conlleva una descompensación de los segmentos corporales del cuerpo del adolescente, o el también denominado “incomodidad del adolescente”, por lo que se recomienda que se vuelvan a entrenar eso patrones básicos de movimiento para que se adapten al nuevo esquema corporal (Philippaerts et al., 2006).
Por otro lado, tanto la velocidad como la agilidad comprenden su etapa sensible entre los 5 y los 16 años, siendo el periodo perfecto para desarrollar esas dos capacidades. La fuerza en cambio es una capacidad que debe estar presente desde los dos años, y que tiene la misma importancia a la hora de trabajar a lo largo de toda la infancia y adolescencia, haciendo una diferenciación entre fuerza neural y fuerza estructural (relacionada con la hipertrofia), que como vemos en la figura tiene un mayor desarrollo entre los 14 y 19 años (Lloyd & Oliver, 2012).
El motivo de que sea justo en este periodo es por ser un momento en el que los niveles circulantes de testosterona y hormona del crecimiento aumentan rápidamente de acuerdo con el crecimiento acelerado del adolescente (Viru et al., 1999).
Por último, el modelo muestra a la resistencia y la capacidad metabólica susceptibles de tener un mayor desarrollo a partir de los 17 años en adelante. También es cierto, que la resistencia va a ser desarrollada al encontrarse el alumno expuesto a la participación en los diferentes deportes, competiciones o incluso dentro se una sesión de habilidades técnicas de un deporte determinado (Lloyd & Oliver, 2012).
Bibliografía
Lloyd, R. S., & Oliver, J. L. (2012). The youth physical development Model. Strength and Conditioning Journal, 34(3), 61-72.
Philippaerts, R. M., Vaeyens, R., Janssens, M., Van Renterghem, B., Matthys, D., Craen, R., … Malina, R. M. (2006). The relationship between peak height velocity and physical performance in youth soccer players. Journal of Sports Sciences, 24(3), 221- 230.
Viru, A., Loko, J., Harro, M., Volver, A., Laaneots, L., & Viru, M. (1999). Critical Periods in the Development of Performance Capacity During Childhood and Adolescence. European Journal of Physical Education, 4(1), 75-119.